sábado, 31 de diciembre de 2011

TEXTO E ILUSTRACIÓN

         Cierta magia se produce en ese celebrado acto en que el texto se proyecta en una imagen.
         Como un prestidigitador, el ilustrador pone rostro a los personajes, sitúa la acción, la rodea del misterio, la intriga, el humor, la belleza, el ritmo o la ilusión sugeridos por el escritor.
         En definitiva, otorga el privilegio de la vida a un conjunto de palabras que de por sí encerraban ya un corazón latente.
         Un corazón que bombeaba gracias a la savia insuflada por la historia o por efecto del mensaje que el autor se había propuesto hacernos llegar.
         El ilustrador concreta la idea, haciéndonos un regalo valioso: la representación de la misma en uno o varios dibujos.
         Pero a menudo su trabajo va más allá, pues nos ofrece su propia versión del texto, pudiendo llegar a crear una historia paralela, tanto o más preciosa que la original.
         En conclusión, el poder de interpretación es tan amplio que nace la posibilidad de aunar la visión de ambos artistas (escritor/ ilustrador) enriqueciendo la inicial idea con el trabajo común.

            Dedicado a ANAZUL,
una buena amiga y compañera de trabajos
a quien podéis visitar en el siguiente enlace: http://elcaballeteazul.blogspot.com/

jueves, 1 de diciembre de 2011

MIGUEL DE CERVANTES

“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.
Miguel de Cervantes Saavedra


        Poco queda por decir de este genio de la literatura universal. Precursor de la novela moderna, maestro de las letras, Miguel de Cervantes desplegó sus habilidades con la pluma en todos y cada uno de los géneros literarios. Su excepcional talento le permitió incursionar con éxito en cualquiera de las propuestas trabajadas en su época.
        Original, vivaz, amigo de la experimentación narrativa, el creador del popular y extraordinario Quijote fue soldado y recaudador de impuestos al tiempo que desarrollaba su auténtica vocación.
        Palabras como hidalgo, caballero, soldado, Lepanto o prisión van inexorablemente unidas a su vida y su obra. Como lo está su nombre a la Literatura y a la Lengua con letras mayúsculas.
        Goza Cervantes del privilegio de haber parido la que es, a juicio de muchos, la más grande historia contada de todos los tiempos. Una novela irónica, entretenida, didáctica, realista y completa en todos los sentidos, rebosante de sentencias magistrales de las que resulta posible extraer provechosas enseñanzas.
        De haber imaginado su autor la repercusión que tendría todavía cuatro siglos después de su nacimiento, tal vez se habría visto abrumado por la responsabilidad. El influjo de Don Quijote de la Mancha ha traspasado las fronteras del espacio y del tiempo, y con la obra su creador, el excelso Cervantes, padre de la Literatura.

“Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.
Miguel de Cervantes Saavedra

miércoles, 16 de noviembre de 2011

LIBRERÍAS, ESAS CASAS HABITADAS

Todas las librerías tienen su encanto. El producto por sí solo resulta lo suficientemente atractivo como para otorgar categoría al local.
Sin embargo, no todas poseen idéntica capacidad para satisfacer a una clientela ávida de letras.
La distribución, la posibilidad de encontrar con facilidad lo que se busca, el acceso cómodo a los volúmenes pero, ante todo, la oportunidad de disfrutar de la intimidad deseada durante el proceso de búsqueda. Son detalles que concretan y definen el estilo de cada tienda.
Hay un momento mágico previo a la adquisición de un ejemplar, encerrado en ese recorrido que los amantes del libro llevamos a cabo en las librerías. Los pasillos, los estantes, se convierten en puntos de encuentro donde se han dado cita viejos amigos que, envueltos a menudo en renovados atuendos, nos saludan desde sus privilegiados rincones.

Redescubrimos autores olvidados, se materializan ante nuestros ojos títulos de los que hemos oído hablar en ocasiones, captan nuestra atención llamativas portadas que prometen aventuras ni tan siquiera imaginadas.
Y todo se cuece en el más absoluto de los silencios, interrumpido apenas por el rumor de las voces de otros clientes,
próximos destinatarios del embrujo de estas casas habitadas en exclusiva por los libros.
Donaire Galante

miércoles, 2 de noviembre de 2011

EL VIAJE DE THOMAS CLAYTON

         De haber sido un poco menos osado, Thomas Clayton jamás se habría aventurado a traspasar las tierras de su familia para ir en busca de nuevas oportunidades de negocio. Tampoco habría tomado prestado el caballo de Gregory, y mucho menos habría partido durante la noche, cuando las almas se deslizan fuera de sus tumbas resueltas a invadir el bosque de Fuego.

         Ahora que se encontraba rodeado de milenarios robles que parecían a punto de caer sobre él con la intención de devorarlo comenzó a sentir cierta inquietud que le paralizaba los miembros. El caballo se había detenido, aterrorizado por los sonidos espeluznantes que proferían las criaturas de la noche, y todos los intentos por obligarlo a continuar fueron vanos. Como él no le temía a los muertos, se apeó del testarudo animal para continuar el camino a pie.
        
         En menos de dos horas había alcanzado el límite del bosque, y frente a él se alzaba el cementerio de Bogant. No podía explicarse cómo había llegado hasta allí, cuando su destino se hallaba justamente en el extremo opuesto. Pero como había algo de hechizante y atrayente en la atmósfera, continuó avanzando hacia las lápidas.
         Se paró ante una y leyó la inscripción:

“Thomas Clayton, 20 Aug. 1795- 5 Nov. 1818”.
        
         Pero no experimentó ningún sobresalto. Nada. Simplemente una repentina paz que le aliviaba el espíritu.
         Con la seguridad de un hombre que llega a casa tras un largo viaje, descorrió la tapa del ataúd y se metió dentro.

martes, 18 de octubre de 2011

EL GLAMUROSO OFICIO DE ESCRITOR

¿Inspiración o disciplina?
¿Cuántas horas de trabajo diario son precisas para concluir con éxito una novela?
¿Ha de tener el autor una sede física para llevar a cabo su tarea?
¿Se parte necesariamente de una experiencia previa o es la imaginación la que sostiene el hilo argumental de su obra?

Muchas y obligadas son las preguntas que, al pensar en la profesión de escritor, acuden a nuestra mente.
No obstante, las respuestas son difícilmente generalizables pues existen tantas y tan diversas como clases de escritores hay.

¿Cómo es el escritor típico? ¿Es ese personaje atormentado, depresivo hasta promover su propia tragedia personal al estilo de Hemingway, Larra o Virginia Woolf? Es posible que lo asociemos a ese iracundo culto y resabiado aquejado de diarrea verbal en la línea de nuestros inolvidables Cela o Umbral. O, por el contrario, que imaginemos a un tímido incorregible alérgico a la fama hasta rozar lo enfermizo como J. D. Salinger o Harper Lee.

No hay un prototipo de escritor como no hay una literatura única. Existe el apacible contador de historias que ejerce de guía espiritual llevándonos de la mano hacia la prometida liberación. Es el caso de autores como Coelho, Bucay o Joan Brady, gurús de la felicidad soñada. También están el bohemio, el díscolo, el aventurero (Salgari, Verne, Twain), el de orígenes humildes (Miguel Hernández, Rubén Darío) frente al bien situado o de buena familia (Scott Fitzgerald, Tolstói); los hay que fueron aburridos empleados burocráticos antes de dedicarse en exclusiva a la escritura como Kafka, o los que ejercieron oficios de lo más variopinto para sobrevivir hasta que despuntaron en el panorama literario (Jack London, Orwell, Gorki).

Multitud de personalidades, tantas como estilos, y diferentes modos de acometer su trabajo.
Lo que los une a todos, sin embargo, es la capacidad para transmitir y esa facilidad para convertir mediante simples palabras una idea en una historia maravillosa.
Crear mundos paralelos al nuestro en los que perderse cuando nuestras propias circunstancias nos superen es lo que otorga glamour al celebrado oficio de escritor.

lunes, 19 de septiembre de 2011

PERIODISMO Y MINIFICCIÓN EN ESPAÑA

Durante los últimos años está cobrando especial interés en nuestro país una forma de escritura fruto de la combinación entre ficción y periodismo, hasta tal punto, que muchos aseguran que ha llegado a convertirse en el género literario por antonomasia del siglo que comienza.

Aunque literatura y periodismo han estado históricamente vinculados, sólo recientemente se han fundido de forma oficial constituyendo una categoría con identidad propia, fruto tanto del trabajo de numerosos escritores, que han realizado incursiones en el mundo periodístico, como de los periodistas, quienes han convertido sus crónicas en auténticos relatos de interés literario.
De este binomio nacen textos que combinan la aptitud literaria con algunas características inherentes al periodismo como la novedad, la inmediatez o la transmisión de la información.

Diversos autores españoles han desarrollado trabajos en esta línea, como Manuel Rivas (El periodismo es un cuento, Mujer en el baño), Antonio Muñoz Molina (Escrito en un instante), Paco Ignacio Taibo I (Ocurrencias. Notas de viaje) o Juan José Millás.
Pero quizás uno de los pioneros en el cultivo de este tipo de género aplicado al periodismo haya sido el prolífico escritor premio Nacional de las Letras Francisco Ayala, quien en El jardín de las Delicias nos ofrece una maravillosa mezcla de narrativa y periodismo llevada a cabo con una maestría tan deliciosa como sorprendente.

         Ironía, ingenio, humor, precisión en el lenguaje y heterogeneidad en el formato son algunos de los ingredientes habituales en esta clase de género que procura, a pesar de la brevedad de las piezas que lo sustentan, momentos de satisfacción plena, como podremos comprobar después de una minuciosa lectura de algunas de las joyas citadas y otras muchas más que atesora nuestra literatura.

Donaire Galante

domingo, 4 de septiembre de 2011

AGATHA CHRISTIE, REINA DEL MISTERIO

Agatha  Christie es a la novela detectivesca lo que
Bela Lugosi a Drácula, Weissmüller a Tarzán o Frankenstein al género de terror.

        Versada en venenos gracias a su trabajo en un dispensario en su ciudad natal, Torquay, durante la Primera Guerra Mundial, y aficionada al estudio de las mentes criminales desde su juventud, la autora inglesa se decidió a aunar ambos conocimientos en la literatura, desarrollando una de las carreras más prolíficas de la historia.

        Escritora infatigable, nos dejó un legado compuesto por unas ochenta novelas policíacas, poemas, obras de teatro e incluso algunas historias de amor.
       
        Obras que durante décadas han alimentado los medios audiovisuales para goce de un público que en la imagen de David Suchet, Joan Hickson o el inolvidable Ustinov han podido dar forma a esos personajes que durante muchas lecturas los acompañaron.

        Reina del misterio por antonomasia, Agatha Christie ha logrado el reconocimiento universal, convirtiéndose en una de las escritoras más leídas de la historia.
 
        El ingenio, una estructura que permite plantear la resolución del enigma y una sutil caracterización de los personajes que abunda en la psicología, consagra un estilo único que seguirá ganando adeptos por mucho tiempo que pase.

martes, 23 de agosto de 2011

EDGAR WALLACE: EL HOMBRE QUE NO ERA NADIE

Ciertas historias nacen, a veces sin premeditación, con vocación de pasar a formar parte de
la historia del cine universal.

         Así ocurre con la mayoría de las obras del genio británico
Edgar Wallace, quien creó, en un período de unos treinta años, una colección de más de cien novelas, entre las que al menos ochenta eran de misterio. Todas desarrolladas en un tono ingenioso con las dosis justas de ironía y humor, y narradas, sobre todo, magistralmente.

         Conciso, directo, nada sobra y nada falta en la cuidada escritura de Wallace quien, haciendo gala de una maestría que inspiró a reconocidos escritores del género negro como Agatha Christie, consigue mantener la intriga hasta el final. La viveza de los diálogos, la capacidad de despertar la curiosidad del lector, son características inherentes a la literatura de Wallace.

         Hay un importante misterio oculto tras la figura del enigmático Pretoria Smith, indiscutible protagonista de El hombre que no era nadie, y sólo será revelado cuando se desentrañe el resto de circunstancias que rodean su oscuro pasado. Mientras tanto, una confundida Marjorie habrá de convivir con la duda, que la consume hasta la desesperación: ¿fue ese hombre el despiadado asesino que segó la vida de sir James Tynewood?

miércoles, 10 de agosto de 2011

AMANECE EN CHINATOWN

Un sol tímido, desdibujado todavía, travesea entre los variopintos edificios de la Grant Street. Un reguero de letreros colgantes une ambos lados de la calle en un abrumador alarde de publicidad.

Más arriba, el cielo está adquiriendo un tono azulón que evoca los trabajos de Yves Klein. Empieza un nuevo día, un hermoso día de primavera como tantos otros. Nada hace presagiar que será el último.


Camino hacia el Old Shanghai con paso acelerado. Debo aprovecharlo bien, sólo tengo veinticuatro horas por delante y mucho por hacer.

Apenas puedo respirar cuando llego a la puerta del restaurante.

Allí, firme y delgado como una estaca y con una sonrisa que no le cabe en el rostro me espera mi hijo. Veinte años es mucho tiempo, aunque ese tango de Gardel afirme lo contrario. Ahora ya se puede acabar el mundo, me digo mientras lo abrazo fuertemente.
DONAIRE GALANTE

viernes, 29 de julio de 2011

POLÍTICA Y LITERATURA

"Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos."
 George Bernard Shaw